La arenga de Mr. Alcock: Un grito de guerra que nos llevó a la victoria.

Publicado por Club decano 1889. Historiadores RCRH
jueves, 8 de mayo de 2014
¿Se imaginan ustedes por un instante un "grito de guerra" que en boca de todos nuestros jugadores al unísono y justo antes de disputar un partido los empujara inexorablemente hacia la victoria?, ¿se imaginan un lema que hiciera despojarse de cualquier prejuicio de inferioridad a nuestros jugadores y a nosotros mismos y que nos llevara en volandas hacia el triunfo final?.¿Os imagináis que todos, absolutamente todos, fuéramos a una, con un solo corazón y con una sola mente?.....¿De verdad os lo imagináis?.

Pues precisamente eso fue lo que sucedió a finales de Marzo de 1910, cuando nuestro Club Recreativo de Huelva fue invitado a Sevilla para disputar la Copa del Excmo. Ayuntamiento de aquella capital, contra el "Sevilla Football Club". Esta es la historia de una arenga que cambió las mentes de aquellos jugadores onubenses y les llevó al triunfo; una arenga que hoy mismo, curiosamente, nos sería terriblemente útil.

Según nos cuenta el propio Mr. Alcock en el libro de José González Pérez "Historia del football en Huelva y su provincia" (1929), fue a principios de Marzo de aquel año de 1910, cuando el Recreativo de Huelva recibió una misiva del Ayuntamiento de Sevilla invitándole a disputar el día 31 de ese mismo mes una copa de plata contra el team del "Sevilla Foot-ball Club". Dicha misiva fue rápidamente remitida al Sr. Alcock, mano derecha del Dr. Mackay en aquellas lides footballisticas y que era el responsable de coordinar y organizar a los muchachos que debían defender la camiseta del Decano en tierras hispalenses. No en vano Mr. Alcock había sido uno de aquellos jugadores pioneros que habían defendido al Recreativo en las partidas de football de 1888, 1889, 1890, 91 y 92 contra los Clubes de Riotintio, Malaga, Gibraltar, Tharsis, y Sevilla más tarde. El football era sin duda el Sport preferido por Mr. Alcock.

Mr Alcock, 1929, un año antes de Morir
Años atrás el Dr. Mackay, verdadero precursor del football en Huelva y del "Recreation Club", aunque de eso hablaremos en otros posts, había logrado inculcar varios valores importantísimos  entre los socios del Club e indirectamente en todos aquellos onubenses que le tenían en muy alta estima, que eran muchos por no decir la mayoría de sus conciudadanos. Esos valores eran: Honorabilidad, respeto, humildad, entrega y compañerismo. Y efectivamente, esos eran los principios elementales con los que este club y sus gentes llevaban el nombre de Huelva allá por donde fueran, independientemente del rival y de las circunstancias. Era un tiempo en el que el deporte no estaba corrompido por el dinero y el "mercenariazgo" y en el que el amor a unos colores era motivo más que suficiente para dejarse la piel en el terreno de juego.

Y así fue como se llegó al día 30 de Marzo, con Mr Alcock haciendo los últimos preparativos personales para el viaje del día siguiente que les llevaría en tren a Sevilla (1). Sin embargo, y aunque Mr. Alcock estaba convencido de lo contrario, no todo estaba "preparado y dispuesto", ya que en ese preciso momento y sin esperarlo recibe una visita inesperada que le traslada la inquietante noticia de que "el equipo no podría emprender el viaje a Sevilla, que los jugadores estaban esperándole en la sede del Club".

Mr. Alcock coge su bastón y su sombrero y se dirige directamente al club con el gesto un poco torcido y contrariado...¿Qué había pasado si todo estaba acordado desde varias semanas antes?, se preguntaba insistentemente.

Cuando llegó al Club allí estaban todos; serios, cariacontecidos, sin saludos, sin preguntas...mirando al suelo, sabedores de estar manchando el escudo del Club que estaban representando, y de paso también manchando el nombre de la ciudad que los vio nacer.

Entonces Mr. Alcock apoya su bastón en la mesa de reuniones, deja el sombrero encima de la silla y desabrochando los dos botones de su chaqueta comienza a dar un pequeño paseo por la habitación donde todos aquellos muchachos miraban al suelo. Poco a poco aquellos jóvenes onubenses comienzan a levantar la mirada y entonces Mr. Alcock, haciendo un pequeño ademán para llamarles la atención comienza a hablar: Esta es la arenga que nos llevó a la victoria:

-"Señores, cuando ustedes se visten el jersey azul y blanco no son ustedes los que están debajo de la camiseta. así vestidos ni usted es Padilla, ni usted es Guzmán, ni usted es Tellechea y ni usted es Justo Borrero. Así vestidos, no sois más que el Club. Pues bien, deben ustedes saber que el Club ha comprometido su palabra para jugar mañana en Sevilla contra aquel team en un partido oficial organizado  por el Excmo. Ayuntamiento. No necesito disculpas ni excusas ni explicaciones, quién quiera vestir mañana los colores de nuestro Club y dejar así cumplida su palabra... ¡que dé un paso al frente!"

Uno a uno fueron saliendo jugadores.....hasta llegar a siete.

-¿Ninguno más?, pregunto Mr. Alcock.
-No señor, parece que no.- Respondió uno de los muchachos.
-Gracias Señores, -espetó Mr. Alcock con la cabeza erguida y mirando al frente con honor a aquellos 7 valientes que habían dado el paso al frente- ustedes siete saldrán mañana para Sevilla y en nombre del Club jugarán el partido ya concertado.
-¿Nosotros siete, Don Guillermo?, pregunto sorprendido uno de los siete valientes.
-¡Sólo los siete!, ¡y la copa la quiero en Huelva para el Club!, ¡Hay que ganar el partido!, replico Mr Alcock.



Una vez comprometidos a aquellos siete muchachos, Mr. Alcock ( O Don Guillermo como solían llamarle en sus círculos afines) se dirigió a tomar su taza de café a la entonces Cervecería de Viena cuando al fondo de la calle Concepción oyó la voz de uno de ellos que le gritaba:

-¡Don Guillermo, Don Guillermo, cuatro de nuestros amigos que se han enterado de lo ocurrido se ofrecen a marchar a Sevilla para completar el team!.
-Perfecto, dígales que quiero verles inmeditamente en la Cervecería, ¡que vengan!.

Poco después estaban los cuatro delante de Don Guillermo, allí, rectos, henchidos de orgullo por defender al Club Recreativo, dispuestos a todo.

-¿Qué puestos ocupan ustedes en vuestros respectivos teams?, les pregunto directamente Mr. Alcock.
-Ninguno, señor, nosotros no hemos jugado nunca a Football, pero sabedores que se trata de un compromiso de honor y solo porque Huelva presente once hombres, allí estaremos defendiendo este escudo.
-No importa, Señores....¡A jugar, la copa la quiero en Huelva¡, concluyó Mr. Alcock cerrrando el puño derecho y elevando a su vez levemente su bastón.

Y así fue como al día siguiente, muy temprano, aquellos 11 valientes onubenses partieron a Sevilla para disputar el partido contra el Sevilla FC.

31 de Marzo de 1910. La Provincia
Y así fue también como tras aquella arenga, hicieron caso a Mr. Alcock y se trajeron la Copa para Huelva, ganando al Sevilla FC por 0 a 2.

1 de Abril 1910. La Provincia

La victoria en Sevilla tuvo una enorme repercusión en Huelva y tuvieron el reconocimiento que se merecían entre las gentes de la ciudad. Pero lo más importante no fue la victoria, no fue la copa; lo más importante fue que once Onubenses, once muchachos valientes, defendieron con honor el jersey de su Club, representándolo con orgullo y dejando el pabellón de su tierra bien alto. Eso es lo realmente importante, la copa fue algo secundario.

Ojalá un día volvamos a sentir algo así.

Autor: Antonio Belmonte

2 comentarios:

Anónimo at: 9 de mayo de 2014, 1:25 dijo...

Necesitamos que Alcock resucite ¡¡¡

Bonita historia. Y vaya irresponsables los jugadores, aunque imagino que falta la versión de los jugadores.

{ Club decano 1889 } at: 9 de mayo de 2014, 2:32 dijo...

Hola!, gracias por su comentario. Dese usted cuenta que en aquellos tiempos los propios jugadores eran los que costeaban sus propios viajes. Hay que quedarse con lo positivo de la historia: ONCE MUCHACHOS VALIENTES DE HUELVA

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